Nunca me ha atraído el día de los enamorados, y eso que me considero muy romántica.
Pero hoy haciendo recuento, recuerdo cuantos San Valentín he vivido con el corazón roto.
Y es que febrero para mi es un mes fatidico. Sin ningún criterio científico, por supuesto. Es algo de piel.
Este 2016 también tengo el corazón hecho añicos , también es por un hombre, si por hombre podemos definir a un adolescente que hace 18 años solo dormía acurrucado en mis brazos. Y por mi bien y creo que por el suyo, debo hacer como tantas otras veces que me han roto lelo corazón y que me di cuenta que nada de lo que yo hiciera podría cambiar las cosas.
Dejarle marchar, poner distancia, recuperar mi dignidad. Y ya veremos....
No se si el dolor es distinto , la única diferencia es que con el amor romántico me hacía llorar las parejas que se basaban y ahora es cuando veo a los invitados de Bertin ,homenajear a sus madres, o cuando me cruzó a diario con una madre y un hijo que van a caminar juntos.
Le llevó el zumo de naranja recién exprimido (para que no se evapore la vitamina,como toda madre que se precie) a mi hijo de 14 años, que duerme tranquilo y le abrazo y siento el olor a adolescencia incipiente.
Me siento impotente y temerosa, ante ese saco de hormonas y solo espero, que sea feliz.
Pero hoy haciendo recuento, recuerdo cuantos San Valentín he vivido con el corazón roto.
Y es que febrero para mi es un mes fatidico. Sin ningún criterio científico, por supuesto. Es algo de piel.
Este 2016 también tengo el corazón hecho añicos , también es por un hombre, si por hombre podemos definir a un adolescente que hace 18 años solo dormía acurrucado en mis brazos. Y por mi bien y creo que por el suyo, debo hacer como tantas otras veces que me han roto lelo corazón y que me di cuenta que nada de lo que yo hiciera podría cambiar las cosas.
Dejarle marchar, poner distancia, recuperar mi dignidad. Y ya veremos....
No se si el dolor es distinto , la única diferencia es que con el amor romántico me hacía llorar las parejas que se basaban y ahora es cuando veo a los invitados de Bertin ,homenajear a sus madres, o cuando me cruzó a diario con una madre y un hijo que van a caminar juntos.
Le llevó el zumo de naranja recién exprimido (para que no se evapore la vitamina,como toda madre que se precie) a mi hijo de 14 años, que duerme tranquilo y le abrazo y siento el olor a adolescencia incipiente.
Me siento impotente y temerosa, ante ese saco de hormonas y solo espero, que sea feliz.
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