Desde Brujas con amor

Al entrar, suena “Viva la vida “de Cold play,
Me esperas en el mismo sitio.
Tus piernas cruzadas y esa mirada entre expectante y familiar.
Pedimos 2 cervezas y me siento lo mas cerca de ti que se permite en un lugar publico.
Comienzas a hablar sin parar, de estoy de lo otro...

te interrumpo con un
“- Estas muy guapo”- ,
Que dice más, de lo que sale a través de mis labios.

Mi mirada fija, sobre tus ojos,

y ya siento la humedad entre mis piernas.

Rebusco entre las tuyas para comprobar,

que a ti, también te pasa lo mismo.

Mi mano se queda sobre tu pierna

y se mueve despacio de un muslo a otro,

rozándote, al ir ...y al volver...

La presión crece sobre tu pantalón.

Me riñes sin reñir,
Me dices que pare, pero quieres que siga.
Te alejas, para volver a acercarte.
Me apartas el pelo de la cara, y deslizas tu mano torpemente sobre mi pecho para rozarme tímidamente.

Te asomas a mi escote mientras te muerdes el labio.

Miras a todos los lados,

me levanto a pedir otra cerveza, porque tú ya no puedes,

y el bar se va llenando de gente ajenos a nuestro juego.

Nos besamos despacio, breve.
Cautos, pues, podemos quedar atrapados por el deseo

en cualquier momento…

Un suspiro de tranquilidad, ...

Intento calmar mis ansias, apurando otra cerveza y contando miles de anécdotas sobre el día, ya casi acabado.
Ahora eres tú, quien me susurra al oído, que estoy muy guapa, y que me comerías, de arriba a bajo.
Atrapo tu mano por debajo de la mesa,

para colocarla dentro de mi pantalón,

mientras con la otra, desabrocho los botones para que puedas hacer mejor.
Mi humedad te sorprende, aunque la esperas y nos miramos fijamente para decirnos en silencio,

lo que los dos seriamos capaces de hacer en este instante.

Deslizo mi pelvis hacia el borde de la silla

para que tus dedos trajinen sobre mi más ardiente deseo.
Ahogo un gemido y otro…
... apenas puedo contenerme.

Aprieto mis piernas, para que no sigas y rompemos a reír.
La camarera lee absorta el diario.

El garito se llena de personas que como nosotros han acabado su jornada de trabajo.

Demasiada gente a nuestro alrededor.

James Morrison y Nelly furtado , me devuelven a la realidad.

Ya no estamos solos.
Te busco con la mirada para decirte sin palabras, como me siento. Apuro el último trago y siento un escalofrió por mis entrañas.
Te envio un SMS desesperado de un lado de la mesa al otro.

- Sacame de aquí-, te suplico.